Especialistas en psicología, filosofía y lenguas se han preguntado durante años qué pasaría si dos niños o más crecieran juntos sin que alguien les enseñara a comunicarse: ¿podrían crear una lengua propia?, ¿sería similar a alguna de las ya existentes?.
A este ejercicio se le ha llamado el «experimento prohibido», por lo cruel e inhumano que sería impedir de forma intencional la socialización en la infancia. Sin embargo, hay algunos casos que han permitido crear teorías sobre cómo se configura el cerebro a partir del aprendizaje de un idioma, cómo se crean las lenguas y la importancia del aprendizaje en la infancia.
El idioma como juego
De acuerdo con Cindy Blanco, subeditora de contenido de aprendizaje en Duolingo, las y los niños tienen la necesidad natural de comunicarse entre sí, por lo que de manera natural encuentran formas de conversar. “Existen casos puntuales como una comunidad de niños sordos en Nicaragua en la década de los 70, que no tenía un conocimiento extendido de un lenguaje de señas formal, por lo que crearon uno para comunicarse de forma natural. Los niños pueden crear e inventar sus propios idiomas y lo hacen por instinto para poder comunicarse y tener conversaciones; es parte del juego y de la socialización. Muchas veces creemos que aprender lenguas se relaciona con la formación escolar o es algo que se tiene que enseñar, pero ellos demostraron que era algo natural y que querían aprenderlo de forma intuitiva”, señala la especialista.
Aunque en este caso la improvisación del lenguaje fue paulatina, también es una muestra de que la socialización impulsa la necesidad de comunicarse, especialmente durante el periodo de formación, por lo que es real que hay una necesidad innata de comunicarse desde la infancia y que los niños podrían crear un lenguaje propio y nuevo con las herramientas a su alcance.
El periodo crítico de aprendizaje
Algunos casos de aislamiento en la infancia, derivados de entornos violentos o complicados, han dado pistas de cómo funciona el cerebro humano cuando está privado del contacto con otras personas.
Uno de los casos más relevantes es el de una niña a la que se le llamó Genie, quien fue privada del lenguaje hasta los 13 años, y durante ese periodo tuvo escasos estímulos sensoriales y nula socialización. Cuando Genie fue encontrada y liberada del encierro al que fue sometida se descubrió que tenía comportamientos extraños y no había adquirido la capacidad de comunicarse.
Por otra parte, aunque se hicieron diversos intentos por enseñarle inglés e impulsar su aprendizaje del lenguaje, se descubrió que el desarrollo de su cerebro no respondía de la misma manera que la de alguien con socialización desde la infancia. A esto se conoce como el “periodo crítico”, en el que se adquieren las capacidades de comunicarse y las bases que permiten el aprendizaje de uno o varios idiomas, y que Genie no había adquirido.
Importancia del aprendizaje de idiomas en la infancia
Para los niños que han adquirido las bases naturales del lenguaje, aprender otras lenguas puede tener un impacto directo en el nivel estructural de las neuronas. Se han realizado estudios que señalan que el cerebro puede aumentar su neuroplasticidad con la enseñanza de idiomas y otro tipo de disciplinas, lo que aumenta especialmente cuando se da en entornos bilingües continuos, como es el caso de familias en las que se hablan dos o más lenguas de forma constante.
El aprendizaje inmersivo de otros idiomas durante la infancia potencia el crecimiento de redes neuronales en el cerebro, que fomentan el desarrollo cognitivo y ayudan a una mejor comprensión comunicativa, lo que enfatiza la repercusión de fomentar la enseñanza en la infancia.
En este episodio de Radiolingo se analizan diversos casos del aprendizaje de lenguas en la infancia, así como su papel en la comunicación; en el blog de Duolingo también puedes aprender datos curiosos sobre los idiomas y el aprendizaje de los mismos, tanto en la infancia como en cualquier edad.