Vida | W Santiago Hotel
09.01.2021

Vida que se ama, vida que se disfruta, vida que se experimenta. La vida es crear, la vida es arte, y si hablamos de arte y de despertar sentidos, W Santiago Hotel -Isidora Goyenechea 3000, Las Condes- es ello con musas por doquier. Una muy inspirada suma de detalles que crean un todo continuo, de fluidez para relajarse, para excitarse, para contemplar. Piso 4, y check-in, siendo Mauricio quién me atiende en recepción, amabilidad radiante, y todos muy atentos a lo que necesito, y siguiendo el compromiso de la limpieza de Marriott Internacional.


Habitación Wonderful King (son 196 habitaciones en total), luz, color, geometría, una cama exquisita que llama a la relajación; un baño amplio (gran acierto), una ducha que amé, a nivel del suelo y de mármol, y que se deja espiar desde la cama, sumando productos Bliss Spa que me entregan frescor colorido y aromático para cuerpo y piel, todo en relajo absoluto para un fin de año de recarga de energía. Este hotel tiene personalidad. Elegante, atrevido, se deja seducir; y aquí, en un piso 10 inspirado en nuestra cordillera, siendo partícipe la fotógrafa y retratista Valeria Zalaquett.
Ya en la habitación, vida que se siente en gran ventana, de piso a techo, para dar perspectiva a nuevos proyectos; con base dock para iPhone, para sumar así mis mantras kundalineros a la estadía; y con Nespresso para los que aman ese infaltable café perfecto acompañante. Y en ese relajo recargado, un detalle delicioso que llega: tostadas junto a sinfonía de salmón en acordes deliciosos. Gracias José por la gran atención. Una tarde de sentidos reseteados, para luego una cena sin igual en Red2One, gran terraza en el piso 21 del Hotel, con vista privilegiada, piscina y una brisa de atardecer que logra una conjunción justa en aquietar y despertar sentidos, para que, en un segundo, todo se vuelva expectante a la oferta gastronómica en tiempos de pandemia que W Santiago nos ofrece. Intensidad avasalladora que puedes revisar en mi experiencia foodie aquí.



Luego, piso 4 nuevamente (pues aquí está el ascensor para llegar a Red2One y otros para llegar a tu habitación), W Lounge, también de color, texturas, arte, todo para hacer presente un Chile de regiones, de diversidad y cultura, en moái, en tambores kultrún, en Wine Lab, en mar y ríos de riqueza sin igual. Experiencia sensorial que extiende un abrazo placentero a un descanso maravilloso en sábanas tan suaves que me susurran felicidad. Luego, mañana de yoga, y de desayuno a la habitación (gracias! Juan Pablo), en esta oportunidad Americano, más color y sabroso despertar. Detalles chocolatosos que siempre amaré, fruta, huevos pochados, jugo de pomelo, queso, miel, croissant, y más, para un mediodía de verano desafiante; y un hasta luego en atención tan cálida como lo fue a mi llegada, ahora en check out, y Eli en recepción, de ojos expresivos y voz tierna tras mascarilla, me recuerda que la vida es para descubrirla, para fluir, para extenderla en momentos que marcan la diferencia.






















