Calma | Sheraton Santiago Hotel
03.02.2021

Lluvia de fondo al escribir esta nota, fluir en calma, disfrutar en calma un momento para ti, de autoregaloneo, de sentir que más allá de todo lo que está sucediendo, un apacible lugar espera por ti. Y así, Sheraton Santiago Hotel (Avenida Santa María 1742, Providencia) espera por mí. Desde que entras, todo el protocolo sanitario se hace presente. Y sí, más allá que queramos olvidar lo que estamos viviendo, ideal también es preocuparnos por nosotros mismos y por el resto; y aquí, en el hotel, se siente conciencia expansiva para estar bien y tener una estadía perfecta, perfección que puedes gestionar también desde la app Marriott Bonvoy.
Gracias! Sebastián, de recepción, por cada atención mostrada y realizada en el check in y después. Y gracias Valeria -conserje- por tan linda sonrisa y bienvenida. Luego, habitación Superior con vista al jardín (525 habitaciones en total). Luz en todo lugar, amplias ventanas y una habitación también amplia, exquisita, y una cama extra grande para simplemente invitarme a ese auto regaloneo que menciono y por el cual abogo. Espacios para trabajar, texturas para sentir, tv pantalla plana, baño privado, colores térreos y cálidos, luminosidad ya antes dicha que me encanta. Tocan a la puerta y Jorge con un detalle chocolatoso (si amor eterno la chocolate); y luego Alika, que me sorprende con un cocktail sin alcohol: Primavera que refresca en verano incitante. Detalles cítricos fueron parte de toda mi estadía.



Luego, mi práctica diaria de Kundalini ahí, con una vista a cerro, a piscina, a ciudad en edificios que componen una imagen fluyendo; los minutos pasan la respiración se aquieta y la meditación que se conjuga con acogedor escenario. Me encantó que la habitación de un hotel se convierta en santuario en Santiago frenético.
Luego, cena en el restaurant El Bohío, centro de operaciones gastronómico en momento Covid. Sí, sabemos que por la contingencia los hoteles reducen su accionar, y aquí, en este restaurant al aire libre y con un jardín también que calma, te invita a disfrutar de una cena a cargo de la chef Silvana Mateluna y su equipo. Y otro lindo detalle para contar, me reencuentro con Alika y su dulce atención, que al igual que Sebastián, me atiende con genuina amabilidad. Aquí mi experiencia foodie en El Bohío.


Y para una noche de conjunción apacible y de regaloneo, postres a la habitación, junto a mi siempre amado Tiramisú. Minutos más tarde, conversación con Jose, y luz tenue y ojos cansados se posan sobre un ideal: baño de tina junto a Intergalactic, la Bomba de baño de Lush, una de mis marcas favoritas a la hora del auto-regaloneo. Dulces sueños en suavidad de esa cama extra grande, para una otra nueva mañana luminosa, para caminar por los jardines y encontrarme una parra!. Si! Bellas uvas posando relajadas cerca de la gran piscina que te espera también para ser muy bienvenido en ese fluir que inspira el agua, cual lluvia acompañante en noche para escribir esta nota.





Desayuno que me seduce, y gracias Mario por tan linda energía al llevarlo a la habitación. Amo los desayunos. Té verde, bollería, y toques chocolatosos que me encantan. Pan integral, los ya imperdibles huevos pochados y mi avena con yogurt y frutas. Abundancia para mantras venideros. Luego, más relajo, y abriendo cortinas para disfrutar del paisaje relajante; mientras mi Apple Watch me invita a seguir dándome tiempo y espacio para respirar, para estar aquí y ahora, para olvidar stress y concientizar amor por uno mismo para auto invitarse, para invitar a quien amas, a disfrutar de un hotel de tradición que suma a ello. Una despedida dulce para una estadía dulce. Calma y expansión, conceptos que me encantan, y que me encanta experimentarlos, y agradecido soy de poder vivirlo intermitentemente. Belleza aquí y ahora; y aquí, en Sheraton Santiago Hotel.













