Las empresas Benexia y Golden Omega cerraron una alianza estratégica que les permitirá exportar y ampliar su oferta en el mercado norteamericano, introduciendo una nueva fuente de Omega-3: aceite de chía vegano, natural y sostenible.
Este visionario acuerdo comercial, une la capacidad productiva de excelencia de Benexia, uno de los mayores productores mundiales de semilla de Chía con más de 20 años de experiencia en su procesamiento y comercialización, con la de Golden Omega, proveedor líder de productos concentrados de Omega-3 de alta pureza y calidad fundado en 2008, que cuenta con una amplia red de distribución en nutracéuticos en el mercado norteamericano.
«Nos entusiasma formar esta alianza comercial con Golden Omega S.A. y su filial en Estados Unidos. El aceite de chía es ideal para complementar la oferta de Omega-3 en el mercado estadounidense especialmente para ofrecer a los consumidores una alternativa adicional de esta grasa esencial natural y de primera calidad, y para consumidores flexitarianos, vegetarianos y veganos, o aquellos comprometidos por la sustentabilidad. Elaborado a partir de semillas de calidad superior y fuentes sostenibles, este aceite virgen non GMO y naturalmente rico en Omega-3«, aseguró Sandra Gillot, CEO de Benexia.
Por su parte, el director comercial de Golden Omega S.A., Claudio Aracena, destacó la oportunidad de agregar una línea de productos distintiva basada en semillas de chía, para así ofrecer a sus clientes opciones de ácidos grasos Omega-3 ALA en la zona.
«Nuestro compromiso por proporcionar ingredientes de alta calidad, sostenibles y para suplementos dietarios, junto con un excepcional servicio al cliente excepcional, ha sido la clave de nuestro éxito en los últimos 10 años. La incorporación del aceite de chía de Benexia se alinea de manera perfecta con nuestra misión y estamos entusiasmados con las posibilidades que traerá«, explicó Aracena.
Cabe destacar que Benexia es una empresa chilena, cuya planta de producción de chía, ubicada en Arica, funciona con procesos 100% naturales y de baja huella carbono, sin uso de agua, ni químicos o solventes, adquiriendo electricidad de fuentes renovables, gracias a su conexión a la red de energía solar más grande de Sudamérica.
La semilla de chía es cultivada a través de agricultura regenerativa, lo que permite reducir la huella de carbono y abastecerse solo de aguas lluvias como fuente de riego, de esta manera se logra preservar la reserva natural que rodea los campos. Asimismo, las prácticas de cero-labranza resguardan los nutrientes del suelo, y reducen las emisiones de CO2 y erosión del agua y tierra.