En el primer trimestre del 2023 la Superintendencia de Educación (Supereduc) recibió 54 denuncias por accidentes en establecimientos educacionales de educación parvularia y escolar por falta de supervisión.
Esa es solo una cifra conocida, la cifra actual se desconoce y es que las heridas y cicatrices son habituales en niños que se encuentran en una etapa de aprendizaje y divertimento constante. Todas estas experiencias dejarán una marca en la piel, la que no tiene por qué ser definitiva. Existen formas para cuidarlas, evitarlas o, al menos, hacerlas menos visibles.
Según explica Christian Urbina, gerente general de Laboratorio Dispolab: “Una cicatriz es el tejido fibroso que reemplaza la piel normal después de una lesión. Es parte del proceso de curación natural del cuerpo y ocurre cuando la dermis, la capa profunda de la piel, se daña”.
Añade que estas marcas “pueden variar en forma, tamaño y calidad, dependiendo de la extensión y profundidad de la herida, la ubicación en el cuerpo, y las características individuales de curación de cada persona”.
¿Qué pasa con los niños? “Generalmente, los niños tienen una capacidad más rápida de cicatrización que los adultos debido a que su metabolismo es más activo y su piel es más rica en células que promueven la curación. Sin embargo, esto también puede llevar a que las cicatrices sean más gruesas y notorias, especialmente en casos de cicatrización excesiva como los queloides”, agrega Christian.
¿Cómo se generan las cicatrices?
Las cicatrices de la piel son el resultado normal e inevitable de la reparación del tejido superficial. El estado de ellas puede depender de múltiples factores, incluyendo: la profundidad y tamaño de la herida, la localización de la herida en el cuerpo, la edad y tipo de piel del individuo, factores genéticos o cuidado de la herida durante el proceso de curación.
Los 3 pasos o fases de la cicatrización de las heridas duran aproximadamente un año, explica el representante de Dispolab. “Primero ocurre la inflamación que pasa justo después de la lesión, la herida se inflama para prevenir la infección y estabilizar el daño. Luego viene la etapa llamada “proliferación”, esta es la fase de formación de tejido nuevo, donde se produce colágeno y otros componentes para reconstruir la piel, y por último, viene la “Maduración o remodelación”, donde el tejido cicatricial se fortalece y se reorganiza, y el colágeno se remodela para hacer que la cicatriz sea más fuerte y parecida al tejido circundante”.
Cómo tratarlas
Es fundamental cuidar de forma adecuada una cicatriz para eso se necesita mantener la herida limpia y protegida para evitar infecciones. Además, de hidratar la zona y usar protector solar para proteger la cicatriz de los daños solares. Y, por último, utilizar productos recomendados por dermatólogos como geles o parches de silicona que pueden ayudar a mejorar su apariencia.
Entre las diferentes alternativas disponibles, tanto naturales como tradicionales, existen opciones como Prosil, una barra de fácil uso fabricada en EEUU con silicona de grado médico y aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de ese país (FDA, por sus siglas en inglés).
“Funciona aplicando una ligera capa de silicona sobre la cicatriz, lo que ayuda a mantener la hidratación, proteger la zona de irritaciones externas y generar el ambiente ideal para la regeneración de la piel. Esto es especialmente útil en niños, ya que ayuda a controlar la formación de tejido cicatricial excesivo y puede reducir la probabilidad de formación de queloides”, explica Christian.
Asimismo, aclara que se debe aplicar una vez que la herida se ha cerrado completamente y no hay signos de infección. Además, la piel debe estar limpia y seca antes de aplicar el producto para asegurar una buena adhesión y efectividad. “Se recomienda aplicar de manera consistente al menos dos veces al día durante un período de 3 a 6 meses para obtener resultados óptimos”, finaliza.
Prosil se encuentra disponible en Salcobrand, Farmacia Ahumada, Crruz Verde y essentialstore.cl.