Con un clima estable y el 30% de su territorio bajo protección ambiental, el submarinismo es una de las mejores opciones para recorrer el país con mayor biodiversidad del mundo.

Playas frías y pingüinos en Arraial do Cabo

Arraial do Cabo, a 165 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro, es uno de los destinos costeros más valorados del sudeste de Brasil por sus varias ventajas: posee un acceso fácil, clima estable, playas espléndidas y buena infraestructura para todos los presupuestos. Arraial también es una de las capitales nacionales del buceo por la transparencia de sus aguas y la riqueza de su vida marina.

En el mar de Arraial do Cabo, se produce un fenómeno inusual conocido como «resurgimiento», que hace que aguas muy profundas lleguen a la superficie. Esa corriente trae consigo una gran cantidad de alimento que atrae a la vida marina. En la región las aguas son frías y transparentes, con vetas azuladas. Abundan las tortugas, caballitos de mar, rayas, morenas, peces diversos, delfines y hasta ballenas, sin olvidar a las orcas y pingüinos. En la zona existen diversas agencias especializadas en  tours de buceo. Para quienes prefieren rutinas más tranquilas, Praia do Farol, Praia do Forno, Prainha y Prainhas do Pontal do Atalaia suelen ser buenos lugares para practicar snorkel un poco más cerca de la costa.

Los barcos hundidos son un gran atractivo para los buzos más experimentados. Uno de los más conocidos es el Thetis, en Saco dos Ingleses. Cuyo naufragio fue en 1830 y  transportaba un cargamento millonario que aún no se ha recuperado por completo. También destaca la Fragata Dona Paula, que data de 1827 y se encuentra en Ilha dos Franceses, frente a Praia Grande. En ambos casos, quienes quieran bajar a explorar los restos de los barcos deben recordar que, en la zona, la temperatura del agua puede alcanzar los 9°C debido al fenómeno del resurgimiento.


Ríos amazónicos cristalinos en Bonito

Ubicada en el estado amazónico de Mato Grosso do Sul, esta localidad es un destino perfecto para los amantes del buceo por la claridad de sus ríos y la belleza del paisaje. En Bonito, el turismo está muy controlado por las autoridades. Como hay cupos de acceso a las excursiones, la mayor parte de los atractivos requiere la contratación de agencias especializadas y reserva previa. En la región, hay tres opciones de submarinismo: para profesionales, buceo autónomo y buceo en cavernas sumergidas. Algunos de los paseos incluyen escaladas y descensos por rocas.

Hay varias opciones de inmersión. Una de las más conocidos es el Abismo de Anhumas, donde la visibilidad en el agua alcanza los 40 metros, pero antes de sumergirse hay que completar un descenso en rapel de 72 metros hasta una cueva; debajo hay un lago cristalino del tamaño de un campo de fútbol que alcanza una profundidad de 80 metros. Otra opción es la Laguna Misteriosa, que tiene una visibilidad de 40 metros y 25 metros de profundidad; su formación geológica luce como un agujero cilíndrico y está rodeada de bosque. Para acceder a ella hay que bajar 179 escalones, seguidos de un sendero que lleva a un mirador donde se puede contemplar toda la belleza de la región. Finalmente, en el Rio da Prata -el más transparente de todos y lleno de peces-, hay una visibilidad de 25 metros y una profundidad de hasta siete metros. En Bonito se puede bucear todo el año, pero lo ideal es hacerlo en la estación seca, entre mayo y agosto, cuando el agua es más cristalina. Embarazadas, personas con dolencias cardíacas, claustrofóbicas o menores de 10 años no suelen ser aceptadas en las actividades más extremas.


Fernando de Noronha, ideal para principiantes

Fernando de Noronha es un archipiélago situado frente a las costas de Pernambuco y considerado Parque Nacional. Sólo se puede acceder por avión desde Recife y recibe una cantidad limitada de visitantes por día. Se trata de un destino que prácticamente es sinónimo de submarinismo, porque fueron los buzos los primeros viajeros que exploraron la isla, cuando era un área bajo jurisdicción militar. Hay diversos puntos de buceo en Noronha, y los operadores turísticos los eligen en función de las corrientes marinas y el oleaje.

En Noronha se puede bucear en cualquier mes del año, aunque los mejores meses son agosto y septiembre, cuando hay más luz y visibilidad. Durante la temporada de oleaje, de octubre a marzo, pueden cancelarse las inmersiones, por lo que conviene consultar las previsiones de salida antes de viajar. Las inmersiones más sencillas se realizan en la playa de Porto, aprovechando los restos de barcos hundidos, y no se requiere ir en barco al lugar como exige el resto de las excursiones de buceo.


Laje de Santos (Parque Estatal Marino)

A 45 kilómetros de la playa, Laje de Santos está considerado el mejor punto de buceo del estado de São Paulo y el tercero de Brasil. Se trata de una formación rocosa de granito con un perfil que recuerda a una ballena, y que posee 550 metros de largo, 33 metros de alto y 185 metros de ancho. El lugar ofrece una visibilidad diáfana de hasta 30 metros  y una fauna impresionante, todo a una temperatura de unos 23 grados. Buzos y fotógrafos submarinos pueden ver bancos de colores, mantarrayas, tortugas, meros e incluso delfines. Según la temporada -y la suerte- es factible ver tiburones y ballenas. Para los más aventureros es posible sumergirse hasta 23 metros para ver el barco Moreia, hundido en 1992. Un poco más abajo, a unos 40 metros, se encuentra la Parcela das Âncoras. Las excursiones de buceo tienen precios que oscilan entre 200 ($34.000 CLP) y 800 ($136.000 CLP) reales, en promedio, según los servicios adicionales y equipos incluidos.

En la zona hay registros de 30 especies de aves, 17 marinas y 13 no marinas. Fragatas, albatros y petreles, halcones peregrinos y pequeños pájaros, entre otros, componen su abundante fauna alada.

por Patricio Lagos Fuentes

Periodista e Instructor de Yoga, vida sana es mi mantra, creador de Ansia.cl