Como amante del cine, se crea gran expectación cuando anuncian una peli que trae consigo un pasado de otra peli original. Los cuestionamientos aparecen con respecto a qué nos encontraremos y cómo se creará. Así pasa con «Nosferatu» que llega a los cines del país mañana 2 de enero, de la mano de Andes Films, y puedo confirmar el relato completo nos entrega melancolía y horror muy bien expresados.
Desde el minuto uno te atrapa, te mantiene sigiloso, una fotografía, encuadres y puestas en escena que crean un ambiente efectivo oscuro, tenebroso, donde el amor, la obsesión, la mente tortuosa, lo que se entiende por real y lo no real se van desarrollando de forma efectiva con interpretaciones muy convincentes.
Sí, el director Robert Eggers no defrauda, al contrario, llega con su propia versión gótica de la icónica película muda de F.W. Murnau, producida en 1922, que a su vez se basaba en la novela ‘Drácula’, de Bram Stoker, ahora es protagonizada por Bill Skarsgård, Lily-Rose Depp, Nicholas Hoult, Aaron Taylor-Johnson, Emma Corrin y Willem Dafoe.
1838. Algo le pasa a Ellen Hutter, interpretada por Lily-Rose Depp, quien materializa tan bien lo sutil y lo extremo físico, y la tormenta que sucede en su interior, logra que le tomemos la mano para hacerle compañía en su peregrinaje tortuoso. De esta manera, Ellen es acompañada por Thomas Hutter (Nicholas Hoult) su marido. Y quién es la amenaza constante: El Conde Orlok, vampiro interpretado también maravillosamente por Bill Skarsgård, obviamente irreconocible (el trabajo visual es fantástico), pero tan espantoso como convincente.
Otros importantes punto a destacar es la musicalización, el vestuario, que le entregan más aún al todo visible, esa atmósfera perturbadora e intrigante. Sí, una cinta imperdible, te la recomiendo a ojos cerrados, pero ábrelos muy bien para comenzar de la mejor manera el año en relación a estrenos cinematográficos.
Eggers sabe lo que hace y crea magia, crea melancolía gótica, inspirada en el expresionismo alemán en una actualidad tan dual, tan cuestionada, tan creíble como increíble.