Quién me conoce sabe que amo tomar fotos con mi smartphone de turno. Y quién me conoce sabe que amo la naturaleza, estar en ella, sentirla y caminar y caminar y respirar en ella, y encontrar detalles para enfoques y vistas específicas en todo lugar en el cual estoy y estaré.
En el Press Trip a Minas Gerais, invitado por Embratur y Sebrae, conocí dos lugares a los cuales volvería para seguir descubriéndolos más en profundidad. Por un lado, Inhotim, el mayor museo al aire libre del mundo que se encuentra en Brumadinho, ciudad a 60 kms de Belo Horizonte. Son 140 hectáreas que incluyen vegetación exuberante (adorei), 19 galerías con las colecciones de arte contemporáneo más importantes de Brasil, sumando a Yayoi Kusama, Paul McCarthy, Tunga, Cildo Meireles y otros. Magia para experimentar y sentir.
El delicioso almuerzo fue en el restaurant Tamboril, que está dentro de Inhotim, y también es mágico, rodeado de verde y a su lado el mismísimo árbol imponente llamado Tamboril, considerado el corazón de todo el Parque. Para relajarse junto a su Buffet y para regodearse en preparaciones saladas y dulces, y amados dulces, tradicionales y más. Sentados al exterior, nada más que decir. Relecturas de la comida regional.
Cada instalación y cada galería te llaman a ir hacia dentro, tener tu propia conversación y sentir, sentir en pensamiento que fluye. Lo primero que experimenté fue lo maravilloso de Yayoi Kusama, inmersión en mundos dentro de mundos, luz, oscuridad sensación y despertar. Con «Aftermath of Obliteration of Eternity» confirmé que quiero estar mínimo una semana en este museo. Y «Através» de Cildo Meireles, se expresó mi viaje interior para traspasar miedos, lágrimas en los ojos lo experimenté en arte de vida y vida de arte caminando sobre vidrio en silencio y en soledad. Imagínense, les comento solo dos experiencias del recorrido que hicimos, y quedé sin palabras.
Así, exposiciones de arte fotográfico donde el detalle histórico y crudo y real llama a reflexión; instalaciones al aire libre que se expresan en texturas, en materiales, en enfoques y vistas, hacia el cielo, hacia un lado, el otro, inmersión para despertar. Y más habitaciones multi sensoriales con todo un propósito de experimentar otras vidas. Para más info sobre Inhotim, y entradas y más, aquí.
OURO PRETO, ciudad colonial a 100 kms aproximadamente de Belo Horizonte, y cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio Histórico Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Su arquitectura se impone, calles empedradas que te invitan a subir, a bajar, estilo barroco, e iglesias que te invitan al silencio, como la Iglesia San Francisco de Asís, y su techo imponente, pintura de Antonio Francisco Lisboa, que te invita a la contemplación de historia y detalles en cielos, en paredes, en oro, y en todo lo que significó y significa la actividad minera en esta ciudad.
Asimismo, la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, tanta historia en construcciones de máximos detalles. Y el Teatro Casa Da Ópera, el teatro más antiguo de las Américas, es increíble, imaginé pasado y creatividad, inaugurado el 6 de junio de 1770, destaca por sus paredes de piedra y su frontis triangular con elementos simbólicos esculpidos también en piedra. Más info aquí para que te organices para tu futuro viaje.
Almuerzo en Bené da Flauta. Con vistas increíbles y una atención también exquisita para seguir respirando y diciéndote a ti mismo: presente para ser disfrutado y vivido. Un pescado muy bien sazonado y un postre chocolatoso exclusivo de Bené. Sí, amor eterno al chocolate. El nombre de este restaurant hace honor a un personaje legendario de la ciudad que fue el animador de los primeros Festivales de Invierno de Ouro Preto. Bené quien deleitaba con el sonido de sus flautas, utilizaba un trozo de caña o bambú para fabricar sus instrumentos.
Y qué me esperó durante la tarde: el Carnaval, Carnaval de Ouro Preto que es el más tradicional del estado y se remonta al siglo XIX. Destaca por ser organizado por universitarios, miembros de las famosas repúblicas estudiantiles. Y así, jóvenes, familias y todos celebrando y todos con una sonrisa me dieron la bienvenida a una ciudad mágica, otro museo al aire libre, fascinante lugar que se une a Inhotim como imperdibles para un viaje para conectarse con uno mismo y con un exterior que te lleva sí o sí a esa conexión.