Aunque es el estado menos famoso del noreste de Brasil, Piauí se ha transformado en un polo de desarrollo turístico por las playas paradisíacas de Barra Grande y el espectáculo único del Delta del Río Parnaíba, cuya desembocadura en el Atlántico es un despliegue de dunas, piscinas naturales y una vegetación preservada que le distingue de otros destinos de la región
El litoral de Piauí tiene apenas 80 kilómetros de extensión, pero un paisaje similar a lo que fue antiguamente Jericoacoara, el afamado balneario del vecino estado de Ceará. Esa es apenas una de las sorpresas que depara Piauí, el único estado del Noreste brasileño cuya capital, Teresina, no está ubicada en la costa sino a 400 kilómetros del mar, razón por la cual el litoral se encuentra tan preservado.
Para quienes buscan naturaleza y buen clima, la zona costera de Piauí es perfecta, salvo entre febrero y mayo durante la estación lluviosa, pero el resto del año el sol está garantizado. Los clásicos de la región a partir de la ciudad de Parnaíba, son los paseos por el Delta del río Parnaíba y la playa de Barra Grande, cuyas arenas finas y blancas configuran un paisaje marino único en un entorno de buena infraestructura. El Parnaíba es uno de los principales ríos del noreste de Brasil, que divide a los estados de Piauí y Maranhão.
El Delta del Parnaíba es un grandioso santuario ecológico cuyo formato es equivalente al Mekong de Vietnam o al Nilo en Sudán y Egipto, con desembocadura en maravillosas playas del Atlántico, de aguas cálidas, con brisa constante y dunas en las que se forman lagunas.
A partir de 12 dólares por persona (11,800 pesos chilenos), se puede realizar el paseo en barco que dura siete horas a lo largo de los 2.700 kilómetros cuadrados del área que, en la actualidad, es la mayor productora de cangrejos y camarones de Brasil. Es una excursión en grupo en un barco grande con capacidad para 76 personas. Espejos de agua, médanos, ríos y playas con paisajes paradisíacos, junto con un hermoso sol brillando todo el día, es el escenario que los turistas y visitantes encontrarán en el delta del río Parnaíba, un archipiélago (70 islas e islotes).
A primera vista, el paseo por el Delta pareciera no diferir mucho de otras excursiones fluviales por manglares que puede haber hecho en otras partes de Brasil. Sin embargo, lo que hace que los paseos por el Delta sean especiales es el volumen y la belleza de la flora, fauna y el avistamiento de las aningas, (ave de especial belleza propia de las regiones tropicales de América). También, los viajeros podrán ver cómo cambia el paisaje a medida que el barco se acerca al mar, debido al progresivo aumento de la salinidad del agua. Las dunas también forman parte de la panorámica en medio del recorrido y en la desembocadura.
Durante el paseo, que sale del Puerto de los Tatus, en la Ilha Grande de Santa Isabel, a 11 km del centro de Parnaíba, hay paradas para almorzar, comprar artesanías regionales, conocer pueblitos de pescadores y playas con paisajes únicos que mezclan río, vegetación, arenas blancas y mar turquesa. El traslado entre Parnaíba y el Puerto de los Tatús no suele estar incluido en el precio de la excursión, pero puede contratarse por 20 reales por pasajero (3.320 pesos chilenos)
Otro de los paseos imperdibles es ir en barco a ver el fenómeno “Revoada dos Guarás”, la estampida de pájaros corocoro rojos dentro del Delta del Parnaíba durante la tarde. Se trata de una excursión aparte y tiene un costo desde los 125 reales por persona (21.000 pesos chilenos). En Parnaíba también se puede hacer noche en la Praia do Cajueiro o en Praia do Sal, una playa con arena y piedras gigantes que ofrece una postal diferente del noreste de Brasil. El costo de la estadía es de 80 reales por persona (13.000 pesos).
Playa de Barra Grande: perfecto equilibrio entre preservación y comodidad
Desde Parnaíba es posible ir en autobús o en automóvil alquilado hacia Barra Grande, la playa de Piauí que es un raro caso de una playa que ha logrado un buen balance entre conservación y confort, precisamente por la dificultad del acceso. Barra Grande cuenta con una infraestructura para todos los presupuestos, donde el lujo no está reñido con las características típicas de un pueblito de pescadores, con el encanto de sus construcciones de madera, troncos y calles de arena blanca.
Son 70 kilómetros -poco más de una hora de viaje en ruta asfaltada y bien señalizada- entre Parnaíba y Barra Grande. La amplia y variada oferta de posadas rústicas y sofisticadas, a pocos metros del mar o frente a éste, forman parte de la infraestructura de la playa más famosa de Piauí.
Lejos de la capital de Piauí (Teresina) y de otras grandes ciudades, y prácticamente desconectada de la red aérea brasileña, Barra Grande se ha mantenido resguardada de los daños del turismo. La comodidad, en cambio, fue traída por los nuevos pobladores de Barra Grande: los kitesurfistas. De hecho, con 13 km de extensión, Barra Grande también es, entre julio y noviembre, un gran centro mundial de kitesurf, donde escuelas locales ofrecen cursos con diversos niveles de precios.
La zona a la derecha del centro del pueblo se ha transformado en una pequeña ciudad pintoresca de posadas y restaurantes, rústica y encantadora. Además, la localidad creció libre del problema que azota otras playas de Piauí y Ceará: no se permite el acceso de autos a la orilla de la playa, e incluso, no es necesario un auto para la estadía, ya que Barra Grande es pequeño y se puede recorrer a pie.
Los restaurantes sirven platos poco difundidos en otras regiones de Brasil, como variedades de pescados con condimentos locales, además de la típica comida nordestina: la llamada carne seca, la mandioca y variedad de frutos de mar. Generalmente, las porciones son para dos personas y las opciones más caras de pescados con guarnición giran en torno a los 25 dólares (24.000 pesos). Luego, hay varias alternativas para distintos gustos y presupuestos.
Las actividades deportivas y recreativas de playa se concentran en la parte céntrica de Barra Grande. Uno de sus paseos más populares, por 13 dólares (12.000 pesos) por persona , consiste en ir a observar desde una canoa, a los caballitos de mar en el manglar ubicado tras subir las dunas de Barra Grande, caminando o en sulky (carruaje pequeño). A su vez, existen sectores donde se pueden apreciar piscinas naturales generadas por la baja de las mareas.
¿Cómo llegar?
La opción más práctica para conocer Piauí es hacer un viaje con destino a Teresina, la capital, vía São Paulo, y desde allí tomar un transfer u ómnibus hacia Parnaíba o Barra Grande. El viaje terrestre dura entre cuatro y cinco horas. Barra Grande y Parnaíba están incluidas en la llamada «Ruta de las Emociones«, que incluye 14 destinos turísticos de los estados de Maranhão, Piauí y Ceará, en el punto más alto de la región noreste. También hay vuelos internos hasta Parnaíba, a 70 km de Barra Grande, menos frecuentes, pero que acortan la distancia de viaje por la ruta.